Llegó la hora de reconocer los derechos de comunidades indígenas y afrodescendientes: Fabiola Alanís
Morelia, Mich., 14 de noviembre del 2024.- Ha llegado la hora de reconocer, en el marco de la Constitución, los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes, aseveró la diputada Fabiola Alanís Sámano, quien agregó que reivindican la forma de autogobierno promovida por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y avalada, hasta ahora, por más de 40 comunidades.
Nadie puede negar, dijo, la transformación del país tanto en las instituciones como en la conciencia colectiva y, aunque la globalización neoliberal cambio a México con el mito de la modernidad y la modernización, y, “como si eso nos condujera al primer mundo, nos cambiaron, casi todo, por la fuerza”.
En este sentido, Alanís Sámano ejemplificó con la privatización del ejido, las empresas públicas y el sistema financiero, las telecomunicaciones, las vías de comunicación y, con la narrativa de que se había acabado “la gallina de los huevos de oro”, despojaron a la nación de su soberanía energética.
El resultado de eso, puntualizó, fue el aumento de la pobreza y la desigualdad social; se perdieron derechos laborales, se derrumbaron los contratos colectivos, y, en la práctica, fue desapareciendo el peso político de las organizaciones de las y los trabajadores.
Los pueblos originarios y las comunidades afrodescendientes, subrayó, fueron los grupos sociales en los que se concentraron la exclusión, la dominación, la explotación y el despojo.
Y para rubricar su aseveración, citó el levantamiento zapatista de 1994 por la reivindicación de los derechos, demandas y aspiraciones de las comunidades indígenas; la masacre de Acteal por la que el ex presidente Ernesto Zedillo fue acusado por crímenes de lesa humanidad, “sin embargo, prevaleció la impunidad”.
En su intervención en la tribuna del Poder Legislativo, Alanís Sámano, aseguró que “ahora queremos reconocer a esos pueblos el lugar que merecen en esta nación. No: los pueblos originarios y afrodescendientes no son folklore, artesanías y turismo. Son, en cambio, la viva existencia de un pasado que no ha desaparecido. Su existencia nos proporciona una riqueza actual y vigente que el mercado ignora porque no se traduce en ganancias. Es la riqueza de las formas comunitarias del ser social, de una forma de vida en la que el Otro no es el enemigo ni el competidor sino el hermano, la hermana”.
En verdad, resaltó, “ha llegado la hora de reconocer” a las comunidades indígenas y afrodescendientes, “pero en serio”, de hacerles justicia, reconocerles sus derechos, su autonomía lo que significa un auténtico reconocimiento y “lejos debe quedar el temor de la fragmentación de la nación, porque México es una nación soberana, pero multicultural y pluriétnica, y eso significa que somos capaces de vivir en armonía con nuestras diferencias. Somos capaces de agrandar la política y el espacio público para que pueda construirse una nueva nación, desde abajo y entre todas y todos”.
No es posible, aseveró, el futuro civilizado que “pretendemos sin reconocer, en el marco de la Constitución el papel y el lugar de las comunidades indígenas y afrodescendientes”.
Michoacán, prosiguió, cuenta con pueblos y comunidades indígenas como nahua, purépecha, otomí, mazahua, pirindas. “A ellas y a ellos les decimos, que nuestro movimiento, el de la Cuarta Transformación reivindica el derecho a todas sus formas de organización, a su autonomía plena y al ejercicio del presupuesto directo. Sabemos que hay resistencias, pero nada ni nadie puede estar por encima del derecho a tener derechos”.
“Reivindicamos la forma de autogobierno promovida por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y avalada, hasta ahora, por más de 40 comunidades, de lo que se trata, hay que decirlo con claridad, es de afianzar la autonomía de los pueblos originarios y de mejorar la calidad de la democracia a través de las asambleas y concejos comunales”.
Hay que dar el paso que falta, continuó, para que no haya más discriminación, exclusión, opresión y clasismo, eso forma parte del proyecto de nación, “del humanismo mexicano que reivindicamos”.