La llave y el candado
El inquilino incómodo
Por Victoria Noir
Desde hace un largo tiempo ya, la inseguridad se ha constituido para Michoacán como el inquilino incómodo que, lejos de pagar arrendamiento, está dañando la vivienda, actuando con violencia contra los propietarios y destruyendo todo lo bueno.
Es Michoacán un verdadero paraíso en el que las oportunidades de crecimiento y desarrollo para sus habitantes sobran, pero, lamentablemente, es ese inquilino incómodo el único que, ilegalmente, las está aprovechando.
No hay una sola región del estado que esté libre de ese inquilino, se lo encuentra en la costa, en la sierra, en el oriente, en el poniente, en el sur, en el norte, en la tierra caliente y en todas esas regiones desata su violencia, no hay ninguna excepción.
Morelia, la capital, experimenta, de un tiempo a la fecha, cosa de nueve años, un incremento no solamente en los índices delictivos sino en la violencia, concentrada en homicidios, muchos homicidios.
Y, lamentablemente, no existe, en el caso de la capital michoacana, la necesaria coordinación entre la autoridad estatal y la municipal, cada uno jala por su lado, cada uno dice lo que, supuestamente, que hace, cada uno presume logros, pero ninguno de los dos entrega resultados positivos a la población que es, finalmente, la que está expuesta y no solamente a los delincuentes comunes sino también a los que portan placas de policías, sean estatales o municipales.
En el interior del estado las cosas no tienen otro sino, es el mismo. La extorsión es cotidiana a los productores, a los comerciantes, a los empresarios, hasta a los taqueros, todos los que quieren superarse honestamente son acosados por ese inquilino incómodo.
Es obvio que al interior del estado hay más desprotección para los propietarios del inmueble llamado Michoacán; los ayuntamientos son acosados para dejarle puestos claves al inquilino, y los pobladores, de todos los municipios, son víctimas de todo tipo de ilícito.
Mientras las autoridades estatales y federales no actúen con energía y una estrategia que fortalezca a las policías municipales y que los tres trabajen coordinadamente debilite al inquilino incómodo, no habrá paz y la inseguridad seguirá siendo el inquilino incómodo para Michoacán.
No hay autoridad que, cuando menos, intente desalojar ese incómodo inquilino, lo dejan maniobrar con toda impunidad.