La gobernadora del estado de Campeche, Layda Sansores, imitando al presidente López Obrador, inició el programa “El Martes del Jaguar” como un instrumento de propaganda para informar a los ciudadanos, pero también para atacar a sus adversarios.
En meses recientes divulgó contenidos en los que apareció Alejandro Moreno “Alito”, dirigente nacional del PRI, con expresiones comprometedoras, que fueron aprovechadas para señalarlo como corrupto en el ejercicio de su periodo gubernamental, en Campeche, amenazarlo con el desafuero y demandas penales presentadas en esa entidad, todo con el propósito de obtener su “apoyo” a favor de las iniciativas legislativas de López Obrador en la Cámara de Diputados.
Desde su espacio “El Martes del Jaguar” Layda Sansores emprendió otra “batalla”, ahora contra el senador Ricardo Monreal. Como se trata de hacer ruido en los medios, un día antes comentó que divulgaría contenidos, conversaciones, entre Monreal y Alejandro Moreno, “Alito”, con lo que de inmediato se asignó a esos mensajes, aun antes de ser conocidos, una carga negativa, por el solo hecho de citar al dirigente del PRI.
La “amenaza” se cumplió. Transmitió las pláticas. La gobernadora Sansores asegura que ella no espió las conversaciones que divulga, “sino que la información llegó a sus manos”. Dice que tiene 337 conversaciones de WhatsApp relacionadas con Ricardo Monreal, además de 800 paquetes con información de otros funcionarios, lo que indica que tiene asegurados contenidos que podrían llamar la atención en el futuro, cuando sea conveniente para la mano que mece la cuna desde Palacio Nacional.
Este acontecimiento tiene como marco la afirmación del presidente López Obrador, de que su gobierno no espía a sus adversarios. Sucede en el tiempo del canto de la Guacamaya, que robó millones de documentos a la secretaría de la Defensa Nacional. En el contexto de la negación de que el gobierno de la 4T adquirió el programa Pegasus para espiar teléfonos.
Las filtraciones que divulga la gobernadora Sansores son la evidencia de algo peor. Cómo creer que no se espía a los adversarios cuando vemos que se espía a los aliados. Ricardo Monreal fue por muchos años un incondicional de López Obrador hasta que fue señalado como traidor por Claudia Sheinbaum, después de las elecciones de 2021, donde Morena perdió nueve alcaldías lo que, según dijo la jefa de Gobierno, no hubiera sucedido sin la intervención de Monreal.
Con estas conversaciones, ¿cómo no nos vamos a sentir indignados?… Él está obligado a explicarnos por qué trafica con la justicia, por qué la usa como moneda de cambio para beneficios personales. pic.twitter.com/0tGqSdomM2
— Layda Sansores (@LaydaSansores) October 26, 2022
La sucesión presidencial adelantada por López Obrador tiene como consecuencia la anticipada disputa por el poder. Lo que implica que cada uno de los aspirantes a la candidatura de Morena hará lo que sea para obtener el apoyo del presidente, que será quien designe a su sucesor, aunque se simule algún procedimiento para “ocultar” la imposición del relevo.
Parece definitiva la exclusión de la que ha sido objeto Ricardo Monreal, al no ser mencionado por el presidente como uno de sus posibles sucesores, lo que rectificó en fechas recientes, pero que pudiera haber regresado a la condición inicial, con la divulgación de los mensajes que entregaron a la gobernadora Sansores para su divulgación.
El senador Ricardo Monreal afirma que se ha emprendido una guerra sucia en su contra. Layda Sansores colabora con la estigmatización negativa hacia el legislador, cuando comenta: “Monreal anda con dios y con el diablo, ya no sé si es ángel o demonio”.
La disputa por el poder está abierta y en ella participan todas las piezas del ajedrez. Sansores es un peón en movimiento, que tendrá como consecuencia, por su audacia, un premio si su “corcholata” gana, pero si no acierta tendrá consecuencias que podrían hacer que su persona y gestión de gobierno no lleguen a buen puerto.
Parece que no se dan cuenta los estrategas que están promoviendo el juego sucio. A Ricardo Monreal le hacen la campaña con los escándalos que promueven. Lo ubican en el papel de víctima, el más aceptado por los electores que no se identifican con los poderosos, cualquiera que sea su signo.
La guerra sucia iniciada por Layda Sansores, con los insumos informativos que llegan a sus manos, no es un buen augurio para Morena, que tendrá que armonizar la disputa que podría terminar dividiéndolo, cuando lo que necesita es unidad. Es como si resucitaran las tribus del PRD. No se puede subestimar la influencia de Monreal al interior del partido, lo que incluye posibles alianzas con gobernadores, legisladores, empresarios y militantes que no simpatizan con los otros aspirantes a la candidatura.
La gobernadora Sansores verá el fruto de sus acciones de inmediato. Alejandro Diaz Durán, senador suplente y asesor de Monreal, publicará en redes sociales su programa Miércoles del León. El primer capítulo estará dedicado a Layda Sansores.
Olvidan la regla de oro: “No caer en la provocación”. Se necesitan dos para que haya guerra. Ya empezó, no sabemos cuándo terminará. A un lado del ring, espera su turno Marcelo Ebrard.