¿Qué Pasa en Michoacán?
Rogelio Raya Morales
La semana que recién terminó, fue prolija en acontecimientos políticos que delatan preocupación por la forma en que han sido interpretados por los mandamases del gobierno y del partido gobernante.
Después de la ya olvidada jornada político electoral, en donde morena se destacó por su alta pericia para replicar métodos y procedimientos políticos procedentes del prianrd, que ya suponíamos desterrados de nuestro movimiento y del desenlace final, que fue la gran farsa que conformó, finalmente, a una dirección estatal ejecutiva de morena, se siguieron acontecimientos que son resultantes de lo anterior, aunque también de la política del gobierno que no gobierna.
Primero, aunque no cronológicamente, la separación de dos diputadas y un diputado de morena de esta fracción parlamentaria y de una diputada del partido que, sin honores, dirige el diputado calificado por la población como el diputado “moches”, por su inclinación a pellizcar los presupuestos municipales a cambio de apoyos ilegales. ¿Qué evidencia esto?
Pues que algo no camina bien en el ejecutivo y en su relación con el legislativo. Se advierte que hay sensibles y graves fallas por el lado de la secretaría de gobierno que debiera estar al tanto de lo que sucede en el poder legislativo para que no se produzcan sucesos que pudieran amenazar la gobernabilidad del estado. Definitivamente, al funcionario encargado de la política interior le quedó un poco grande el puesto. Es su responsabilidad entregarle buenas cuentas al gobernador en este rubro, porque el ejecutivo requiere, para la aprobación de sus iniciativas que le permitan traducir en proyectos concretos sus políticas públicas, de un buen desempeño de sus legisladores. El asunto se pone aún más crítico, pues se trata de conflictos, que no debieran aflorar de esa manera, en el seno mismo del nuevo partido de estado. Y la salida fácil es denostar a los diputados que tomaron dicha medida.
Por otra parte, al diputado coordinador de esta fracción ya se le olvidó que su primera función es aprobar, modificar o derogar leyes, normas y directrices que garanticen el buen funcionamiento de un ejecutivo emanado de su partido. Parece, por el contrario, que a este legislador sólo le interesa garantizar la manera en cómo se prolongará su presencia en la nómina de legisladores, ahora federales, más allá del 2024. El coordinador lo que demuestra es que no coordina nada. No se sabe de reuniones para deliberar sobre iniciativas con su grupo o para ver cómo responder a un congreso que no es del todo morenista. Desdeña a sus compañeros de bancada y se conflictúa, de manera vulgar y vergonzosa, y por motivos que sólo nos señalan que están en la misma corrupción de siempre y tratando de saquear los recursos del congreso, así lo evidencia por lo menos su conflicto con un diputado, de no mayor honorabilidad. Es de elemental sentido, que entre el coordinador de los diputados y el secretario de gobierno debe haber la mayor y más eficaz relación para que la gobernabilidad del estado camine sin obstáculos. Nada de esto ha sucedido.
Pero, en el caso de que ni el secretario de gobierno ni el coordinador del partido en el congreso sean eficaces y eficientes, se debe levantar la presencia del gobernador para poner orden en los asuntos del estado. Tampoco esto ha funcionado. El gobernador, tampoco atina en poner las piezas más sensibles del tablero de su gobierno en armonía. Tal parce que se gobierna a ver qué pasa y que son problemas del gobierno y no de sus ciudadanos. Es decir, pareciera que estos son problemas de la esfera de la realeza y que no nos competen, pero es indiscutible que si afectan a los michoacanos porque se pone en riesgo el buen uso de los recursos que la sociedad destina para generar o mejorar el bienestar de sus miembros.
En otro escenario, hemos visto el desmembramiento del partido de estado morena. A l gran éxodo que ya viene dándose desde el pasado año, se suma un golpe, de mucha letalidad, dado por la salida del Mtro. juan Pérez, uno de los morenistas más pertinaces y que seguía considerando que morena se podía recomponer. Esto, en sí mismo, es ya un golpe demoledor para el chapulineo que se apoderó de morena. Ya se advierte que se están quedando sólo con el puro cascaron, tal y como sucedió con el prd en su momento. Sólo los miopes y los que ahora trafican con las posibilidades que les da ser partido de estado, no ven lo acelerado que camina este proceso de descomposición de morena. Pero aún más increíble y por demás funestas son las declaraciones y valoraciones que Mario Delgado y la dirigencia nominal estatal hicieron de este hecho. Cualquier dirigente de un verdadero partido de izquierda, lo primero que muestra es preocupación por estas separaciones y, desde luego, busca métodos políticos para evitarlas o recomponerlas. Pero los dirigentes impuestos sólo atinan a disminuir y opacar, entre burlonas y nerviosas aseveraciones, las posibles consecuencias de esta separación del Prof. Juan Pérez, porque no es solo una figura, son muchos los que ahora ya no caminarán por el mismo sendero de los chapulines.