En este momento, el ocuparnos de la educacion superior, en general, y de nuestra histórica y apreciada universidad, en particular, tiene un doble significado: por una parte, es el compromiso de reflexionar y actuar sobre las potencialidades y dificultades que hoy configuran el panorama, presente y porvenir, de toda la educación superior, dentro de la cual y de manera muy particular, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo tiene un espacio de singular importancia. Por otro, es la necesidad de compartir reflexiones que contribuyan a delinear un mejor futuro para toda la educacion superior, partiendo de una de una institución sin la cual no se explica la historia de este estado y de nuestro país: la Universidad Michoacana. En esta universidad se alojaron, se discutieron y se llevaron a la práctica muchas de las ideas que han conmocionado al mundo en diversos momentos históricos; en esta universidad se fraguaron grandes movimientos sociales de México; en esta universidad se educaron muchas generaciones para el bien de nuestra patria y, en esta universidad, sigue estando parte importante de la reserva política, ideológica y social que será indispensable en los próximas tranformaciones sociales. Todo esto, pues, nos obliga y nos compromete a caminar juntos en la búsqueda de soluciones a la próblemática universitaria y de la educación superior del Estado.
No hay duda que, en la educación superior y, sobre todo en la universidad, encontramos una amplia avenidad para transitar hacia la sociedad de valores, de aptitudes, de conocimientos y capacidades a la que todos aspiramos. Hoy, Michoacán requiere con urgencia reconstruir el tejido social dañado por la irrupción desenfrenada de conductas indeseables y construir formas de convivencia diferentes, basadas justamente en la natrualeza humana de nuestra sociedad y acordes con los difíciles tiempos en que nos ha tocado vivir.
Aquí es donde se impone el aporte y la solidaridad de una institución como la Universidad Michoacan de San Nicolás de Hidalgo.
Se impone hacer una precision obligada. Toda propuesta o idea sobre cómo incidir en el buen funcionamiento de esta institución, y en general sobre la educación superior, deberá ser discutida con toda la comunidad univesitaria y, finalmente, en la toma de desisiones, se deben de respetar los órganos de gobierno que la universidad se ha dado, particularmente, su Honorable Consejo Universitario. Esto lo consideramos así porque, en nuestra concepción, la Autonomía Universitaria es algo inviolable y objeto de un severísimo respeto. La autonomía representa una de las formas en que la inteligencia se impone. La autonomia es inteligencia y voluntad de afrontar los problemas como corresponde a una comuniadd académica de estudiantes, profesores, trabajadores administrativos y autoridades universitarias.
Pero, también, es necesario que se subraye la necesidad, cuando de analizar la educación en cualesquiera de su niveles y modalidades se trate, de aceptar que, sin un proyecto educativo que dé rumbo a la educación superior, no se puede avanzar y la administración de la educación será, cómo siempre objeto sólo de ocurrencias o de ideas de supuestos sabios que por tener un nombramiento burocrático se consideran que conocen todo del proceso educativo. Esto se llama, ilusión de la transparencia y superar esta debilidad, requiere de conocimiento profundo de la situación de la educación en Michoacán, de sensibilidad sobre la importancia de la educación para el desarrollo humano, en su más alta acepción, es decir, desarrollo del hombre, de su organización social y no sólo de su capacidad para producir bienes y servicios, tangibles e intangibles, de compromiso político y capacidad para construir acuerdos, de objetivos y metas claras y de asignación suficiente y uso eficiente de recursos.
No es posible, que quienes deciden en este importantísimo campo de la actividad social, no entiendan estos dos supuestos como absolutamente necesarios. Hace ya tiempo que, en la educación en general y, en la universidad, en particular, no se destacan estas habilidades para conducir el proceso educativo del estado. Por eso es necesario señalarlo siempre con insistencia, aprovechando cualquier ocasión, pues eso es parte del compromiso que se debe tener, en estos momentos, con la educación. (continuará)