José García Segura
DICIEMBRE 15 DE 2022… Como badajo de campana y tal como lo ordenaron los López del sur, Morena y sus aliados del Verde y PT reformaron la constitución con lo que pusieron en riesgo todo el sistema electoral, particularmente los comicios del 2023 en los estados de México y Coahuila, así como la elección presidencial de 2024.
Los morenistas Ricardo Monreal, líder en el senado y Rafael Espino, presidente de la Comisión de estudios legislativos se pronunciaron en contra del obradorato.
El bloque opositor al gobierno (PAN, PRI, PRD, MC y Grupo Plural) sufragó en contra.
El todavía líder de la mayoría había dicho que votaría en contra con responsabilidad, “incluyendo los desenlaces y las consecuencias que de ello resulten. Así ha sido mi vida, pública y política. Nunca ha sido
fácil para mí tomar decisiones”.
Un primer acuerdo de los morenistas fue darle vida artificial a la chiquillada (PT y PVEM) vía transferencia de votos cuando no logren el 3 por ciento mínimo de la votación.
En medio de la polémica, consejeros del INE advirtieron que la reforma aprobada pone en alto riesgo el sistema electoral y en particular, los comicios que se avecinan.
Alertaron el desempleo para miles de trabajadores al eliminar el Servicio Profesional Electoral y buena parte de los módulos donde se tramitaba la credencial para votar con fotografía.
En otras palabras: Morena controlaría boletas y casillas además de que podría remover de su cargo a quien le mire feo.
Un reporte reciente da cuenta que, de 2014 a la fecha, el INE ha
organizado 330 procesos electorales federales y locales.
Los comicios, durante el Obradorato, serán, seguramente, a mano alzada.
Como legislador, académico y servidor público Ricardo Monreal prefirió correr el riesgo de ser separado del cargo de coordinador parlamentario y presidente de la Junta de Coordinación Política.
“No soy ingenuo y sé a lo que me enfrento, lo único que quiero es que se respete la Constitución”.
“No puedo compartir que la Carta Magna se ignore o sea burlada. La ley es el alma de la sociedad; sin ella, el caos y la anarquía
imperarían”, escribió luego vía Twitter.
Antes de la medianoche, Andrés Manuel López Obrador retó, como acostumbra, a sus adversarios: si creen que la reforma electoral es inconstitucional, “tienen todo el derecho de ir a la Corte” (un
organismo controlado también por la 4T).
La Corte y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberán parar esas arbitrariedades si lo que se quiere es legalidad, certeza, equidad y paz pública.
Opositores al régimen habían presentado en altas horas de la noche 1,244 reservas para su discusión en lo particular.
Mañana será otro día.
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